Cuando la tarea política
se concibe como la gestión de una empresa: con estrategias de marketing,
campañas contra los adversarios, anteponer el éxito del partido o personal y cambiar
las posiciones políticas según los acontecimientos y encuestas menores, las
sorpresas -con esos criterios- de que unas negociaciones para formar gobierno desemboquen en nuevas elecciones es más que posible y las consecuencias a veces
trágicas.
Antonio Sánchez
Rodríguez
12
de noviembre de 2019
Pero
no a todos los partidos políticos el resultado de unas elecciones les supone una
gran sorpresa, puede ser más o menos lo esperado si se es consciente de cómo y
sobre qué se ha trabajado para atender las demandas de los ciudadanos. Lo cierto es que en estas elecciones han
surgido sorpresas y muchas han sido desconcertantes y no sólo para los partidos
protagonistas sino también para el conjunto de los ciudadanos.
Los últimos años de este país han sido excesivamente
truculentos, concretamente en el último lustro hemos estado prácticamente en
tiempo de campaña electoral, se han realizado tres elecciones generales y esta
ha sido la cuarta, pero también se han realizado las Autonómicas, Municipales e
incluso las Europeas con una moción de censura con cambio de gobierno entre
todas ellas. Con lo que gran parte de lo dicho y lo poco hecho en todas las
comunidades por los partidos políticos ha tenido un fuerte componente electoral,
el país ha estado funcionando a medio gas y con presupuesto prorrogado. Aunque el
mal, todos lo sabemos, viene de más lejos, digamos para no irnos a demasiados
años atrás que todo el desatino neoliberal gestionado por el bipartidismo en
España cristaliza con la magna crisis del 2008.
En cualquier caso en el artículo de 23 de septiembre
de 2019: “NUEVAS ELECCIONES GENERALES EL 10-N ¡UNA SOLA PAPELETA! Supone una introducción
para comprender mucho mejor los resultados que han mostrado estas elecciones y
que pueden leer “picando AQUÍ”.
Tenemos responsables claros de la foto política a
día de hoy, que no hay que olvidar ni dejar atrás.
Primero el 13 de febrero de 2019 los Presupuestos
Generales para 2019 presentados y defendidos por PSOE, Unidos
Podemos, PNV y Compromís fueron devueltos por la derecha y los independentistas catalanes ERC, PDeCAT, si bien estos dos últimos apoyaron
a Pedro Sánchez en la moción de censura a Mariano Rajoy. Este rechazo a los
Presupuestos es lo que provocó estas elecciones y estos lodos. Fundamentalmente
ERC dejó demostrado que su prioridad política no es la lucha de clases desde su
voceada posición de “Izquierda” posicionándose
junto a la derecha y dando prioridad a su componente más importante el “Nacionalismo”,
para él se acabó la ambigüedad.
En segundo
lugar los pactos que el PP y Ciudadanos han hecho con VOX en Andalucía (10 de
enero de 2019), Madrid (8 de julio de 2019) y en Murcia (19 de julio de 2019) y
que con ellos han blanqueado y dulcificado a una ultraderecha hasta estos
tiempos ocultos bajo las faldas del PP.
Lo
que corresponde al PSOE de Pedro Sánchez
Además de todos los antecedentes que se apuntan explicita
e implícitamente más arriba se han producido un buen número de desaciertos
efectuados por el gobierno de Pedro Sánchez, de los que se esperaba sacar
ciertas rentabilidades políticas, pero como hemos visto han resultado un
desastre estratégico fatalmente calculado con unos resultados desastrosos.
El primero de ellos es la mismísima convocatoria de estas
elecciones generales para este pasado domingo día 10 de noviembre por Pedro
Sánchez (PSOE). Unas elecciones que ya estaban decididas aunque seguían
perdiendo el tiempo engañando a Unidas Podemos con negociaciones a sabiendas
inútiles. Todo ello presionados por el IBEX, por la prepotencia recuperada por
el PSOE, los consejos de sus asesores especialmente del asesor Iván Redondo y
la soberbia propia o adquirida de Pedro Sánchez. Las expectativas eran aumentar
significativamente el número de escaños hasta superar a los 140, al tiempo de
dejar caer a Unidas Podemos y potenciar nuevamente el bipartidismo más cómodo
para gobernar e incluso para llegar a acuerdos, lo que era un deseo del IBEX al
que le viene de perlas.
El segundo desacierto es hacerlas coincidir con la publicación
de la sentencia de “El Procés” por el Tribunal Supremo y con unas
movilizaciones continuadas que han contribuido a tensionar a toda la sociedad
española desde el epicentro catalán, esto les posicionaba claramente en una
posición de fuerza sobre el problema catalán para no perder votos por la derecha.
El tercero la fecha fijada para llevar a cabo la exhumación
de Franco y sobre todo el protocolo permitido y su difusión por los medios con
la creencia que le aportaría un buen número de votos de movimientos y asociaciones
de familiares de asesinados por el franquismo y defensores de la Memoria
Histórica, colectivos posiblemente más cercanos a la izquierda, no obstante lo
que sí ha conseguido es resucitar y potenciar el franquismo.
El
resultado:
El resultado es que el PSOE ha perdido un buen número
de votantes que se han percatado de que Pedro Sánchez no estaba jugando limpio
y que sus intenciones de formar gobierno con Unidas Podemos eran falsas pese a
que bien claro le dijeron ¡Con Rivera NO! e implícitamente ¡Con Podemos Sí!. Y por
tanto pérdida de escaños, pero que si no fuese por la Ley D’Hondt respecto a
escaños no hubiese llegado a los 117.
Ha dañado claramente a Unidas Podemos con su lucha
sucia y mintiendo a la ciudadanía del rechazo a la formación de gobierno. Según
las declaraciones de Pablo Iglesias los ministerios ofrecidos estaban capados
de responsabilidades que si los hubiesen aceptado no les habría servido para
nada.
En cuanto a la fragmentación de la izquierda en este
caso con la aparición de Más País de Iñigo Errejón, parece que el daño a nivel
de escaños a Unidas Podemos no ha sido mucho, aunque ha existido, pero ojo el
daño a nivel moral de los votantes si que lo ha debido de haber aunque se haya
quedado en la abstención. De todas formas hay que preguntarle a Errejón ¿No has
tenido bastante con que en Madrid se haya metido la ultraderecha?. Por cierto tampoco ha sido muy acertado irse
a Barcelona y desde luego a Compromís quizás le hubiese ido mejor como estaba.
Ha hecho prácticamente desaparecer a Ciudadanos, si
bien este partido se ha trabucado en sus decisiones y caminos abiertos en
direcciones demasiadas veces contradictorias por un lado su competitividad con
el PP y con VOX en el caso catalán y al mismo tiempo pactando con ambos ha sido
su caída hasta los suelos. Su colega Manuel Valls con más experiencia y visión
política que él, respecto a los pactos con VOX le dijo que 'No se podía pactar
con Vox sin perder el alma'. Pero también es cierto que Ciudadanos es un
partido joven e inexperto y de una génesis surgida con mucho marketing y de creaciones de este
tipo se dice que lo que el marketing te da, el marketing te lo quita.
En el otro
extremo del éxito o rondándolo están la extrema derecha de VOX, el PP aunque
algo escaso y sin representación en el País Vasco y minimamente en Cataluña y finalmente
los independentistas tanto vascos (Bildu) como catalanes (Las CUP) in crescendo…
¡Increíble!. No se podía esperar nada “más sorprendente” teniendo en cuenta lo
buscado y deseado, o sea un desastre estratégico total
porque VOX con 52 escaños tensionará el parlamento de manera continua, sin olvidar
que es un partido conectado con la ultraderecha europea y la de EEUU.
Conclusiones:
Estamos más
bloqueados que antes, con la izquierda más dividida y la derecha más fuerte.
Cada partido
ha hecho sus cuentas y Unidas Podemos ya se ha prestado a formar gobierno, pero
digamos que ahora de verdad, que ahora en serio. Alberto Garzón de igual manera
queda a la espera de que Pedro Sánchez se mueva y se estudie una alternativa.
Por otra parte
Pedro Sánchez del discurso en Ferraz ante los militantes dijo, aparte de mandar
callar al sector que le decía ¡Con Casado NO, con Iglesias Sí! Que “Ahora sí
que sí, ahora formaremos un gobierno progresista liderado por el PSOE”. Hemos de resaltar la importancia del
lenguaje y se puede entender que si el
PSOE lo lidera otros deben estar trabajando con él.
Lo que si le
pediría a Pedro Sánchez son tres cosas: La primera que se convenza de que ser
el partido más votado no implica que todos los demás le deban regalar sus
votos. La segunda es que si para dar estabilidad al gobierno futuro debe contar
con ERC que no le tema porque ya quedó dicho que será una izquierda nada
extrema. Y la tercera que dé por amortizados los que antes lo intentaron con
tanta desgana y vueltas innecesarias y con tan poco estilo y respeto, dícese
de: Iván Redondo, Luis
Ábalos Meco, María del Carmen Calvo Poyato y Adriana Lastra Fernández.