Antonio Sánchez Rodríguez
De cara
a las Elecciones del 28-M de 2019 publiqué en este mismo blog dos entradas para
un mismo artículo a los que pueden acceder desde el enlace [1] y [2]. El
segundo más centrado en la fragmentación política de la izquierda. Actitud que hoy
sigue presente… si bien, no en todos sitios ha sido así y ha habido acuerdos de
unidad, en ellos esperemos que los resultados le sean propicios.
Hoy insistimos,
intentando ser eficaces en estas municipales, autonómicas e incluso para las próximas
generales.
Al
respecto una reflexión simple. Nuestra
sociedad como la mayoría de sociedades del mundo, inevitablemente es diversa
y variopinta según multitud de criterios personales, sociales y culturales,
entre las que se puede elegir para ser miembro activo o espectador de asociación
o grupo… A la élite no les molesta el agrupamiento en clubes deportivos, o
seguidores de ‘Cantante A’ o ‘Actriz B’, pero sí se fija y empeña en las
clases sociales y lleva años diciendo que estas ya han terminado, que no existen
y que el esquema que las definía ‘derecha’ e ‘izquierda’, está caducado. Pero la realidad es contundente, no pueden esconderla.
Un ejemplo visible, imposible de ocultar, son los barrios. En todo el país existen barrios diferentes y las gentes que los ocupan son diferentes, unos barrios son pobres, están en el extrarradio en ‘pisitos’, mal comunicados y con deficientes urbanizaciones; aún peor es el ‘chabolismo’, más trasero todavía; y otros en cambio ocupan el centro urbano o zonas residenciales vigiladas, con cómodas viviendas, envidiables urbanizaciones y servicios cercanos. Quien ratifica esta realidad de clases es la mismísima Hacienda Pública creando grupos diferentes ‘clasificados’ según Ingresos y Patrimonio (aunque sus impuestos no son lo proporcionales que debieran ser); pero ¿qué decir de la desigualdad en formación de los españoles? A las universidades privadas no podemos llegar todos, e incluso muchos a las públicas tampoco (por becas insuficientes en número e importe).
Ha
habido cambios, cierto, pero totalmente insuficientes, el avance no es
proporcional al esfuerzo del actual gobierno de coalición y menos al realizado
por los partidos de izquierda en él incluidos ¿Cuál es y dónde está el freno? Porque incluso la desigualdad junto a la
precariedad sigue aumentando.
No es
extraño, porque este freno involutivo es fiel reflejo de lo que rige en la
estructura de nuestro Estado, forma parte del sistema económico y social del
mismo, en dicho sistema hay límites infranqueables esencialmente económicos y
políticos, un marco que es importantísimo y necesario superar por el ‘ente’
garante de nuestra soberanía. En el artículo 1.2. de nuestra Constitución
queda recogido: “La soberanía nacional
reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”. Otra
cosa es que siendo ‘soberanos’ sólo podamos modificar dichos sistemas con
nuestra aportación cada cuatro años y sin poder seguidamente ‘participar’
porque trasferimos nuestra ‘soberanía’ a representantes.
De
momento seguimos mirando a nuestro alrededor la realidad con una mirada sencilla e intentando simplificarla, no es tan
complicado.
La
realidad es que sí, que hay una clase de la que nos guste o no, conscientes o
no, no se puede escapar, por más que lo deseemos o por más que nos insistan interesada
y estratégicamente que lo relevante está en el ‘yo’, en el individuo: el ‘yo’
de raza, religión, género en sus versiones de identidad, violencia, igualdad,
autodeterminación, lenguaje, ambientalismo, animalista, alimentación, e
incluso el ‘yo’ del ‘matiz’ político, etc. Sectores en los que podrás
desenvolverte y relacionarte, sin olvidar que en todos ellos pueden existir las
dos ideologías centrales, por ejemplo: no todos los ecologistas son de
izquierdas, ni la religión obliga la posición política, ni tampoco las razas…
Por
tanto de poco servirá centrarse en el individualismo para conseguir una vida colectiva
mejor, pero sí es innegable que todos nosotros, sea cual sea nuestro ‘yo’, vamos a quedar
circunscrito en una clase, que la marcará la
nómina de fin de mes.
Si dicha
nómina -si es que se tiene-, no llega a cubrir la comida, el consumo energético
o una simple vivienda protectora de la intemperie, ni tampoco la educación y
salud propia y de nuestros hijos, entonces usted ciudadano podrá definirse como
desee, pero si sus ingresos no le dan los mínimos comentados ‘usted es pobre’ y
muchos de esos sectores son más una ‘cáscara’ despegada de la realidad pura y
dura.
Hay
más. Esa clase, ‘según nómina’, que
acoge a aquellos de salarios indignos y precarios, llega a muchísimo más,
porque agrupa a sus pertenecientes en personas dependientes y ojo, no
sólo en una dependencia económica para poder comer, vivir, alquilar o comprar, estudiar,
o quién nos atenderá en caso de enfermedad…, sino que lo que consigue es sustraernos
la ‘libertad’ a lo largo de toda nuestra vida y sobre todo la de poder decidir
libremente en multitud de ocasiones. “La libertad sólo se tiene si se es
‘independiente’”. Por tanto es el primer asunto a resolver “La emancipación de la clase ‘según nómina’, que también podemos
llamarla: ‘clase obrera’ o ‘asalariada’.”
Comentada
la realidad visible e incuestionable para todos, existe además una herramienta que
escudriña empíricamente en la entrañas de la estructura del Estado (como
instrumento de la clase hegemónica), de donde va a tener inicio todo un enjambre de
instituciones, administraciones y derechos y deberes para que los límites no se
rebasen. Esta herramienta es el marxismo como ciencia social. Dejo a
continuación el siguiente párrafo de un artículo de Andrea Zhok, Profesor de
Filosofía de La Universidad de Milán de fecha 20 abril de 2023:
“Todo cambio de hábito y de opinión, que se vuelve
hegemónico, tiene siempre una raíz primaria en la ‘estructura’, es decir, en la
esfera de la producción económica y la gestión correlativa del poder”.
Y sigue:
“Si en una
descripción de lo que ocurre no se tiene conciencia de su raíz estructural, si
no se comprende cómo debe situarse el problema respecto a los mecanismos de
distribución de la economía y del poder (muchas veces coincidentes), se termina
por perder de vista la única esfera
donde se pueden mover las palancas causalmente decisivas.” [3]
De
tal manera que el marxismo nos dice que los cambios de hábito y de opinión en
los sectores que han tomado especial relevancia con la potenciación del
‘Individualismo’ son reconocibles como problemas reales al ubicarlos en el ‘marco’
estructural de los procesos de ‘producción económica y distribución del poder
actual’. No se trata
de eludirlos porque existen y están asumidos como resultado del proceso
productivo, no siendo por tanto un asunto individual.
Así
entendidos como problemas de clase se identifican por ejemplo como:
a.-) un auténtico ambientalismo “estructural”;
b.-) una conciencia histórico-estructural de la división sexual del trabajo
(y sus consecuencias consuetudinarias);
c.-) un análisis de las formas de cosificación de ‘la
naturaleza sensible’ (animales) en la industrialización moderna;
d.-) una
conciencia política de la explotación y violación de la naturaleza humana.
Por tanto si
superamos la manipulación del ‘yo’ y la multitud de ‘ismos’ asociados, nos
ayudaría a que la fragmentación disminuyera o desapareciera.
2.- Casuística inesperada (sumada a las existentes)
Los
sucesos: como la Pandemia del COVID-19; así como los desastres motivados por el
Cambio climático con olas de calor, adelanto de enormes incendios o lluvias
torrenciales; también sucesos inesperados como
la erupción del volcán en las Canarias; regalar el Sahara a Marruecos y
olvidar al pueblo saharaui, la migración –caso valla de Melilla- y el conflicto
con Rusia ubicado en Ucrania, en el que nos han metido, aunque fuese provocado
por viejos intereses geopolíticos programados por EE. UU. y la OTAN, en una Europa
‘pagafantas´, Han supuesto un gran reto a la humanidad, incluido el ‘olvido’ de
la soberanía saharaui, o los casos migratorios.
No hay que olvidar que tanto el conflicto bélico como la pandemia sólo
aceleraron e incrementaron el ‘desastre económico venidero’ siendo utilizados
no sólo para justificarlo, sino también para justificar lo que provocaban, como la ‘inflación’, la subida de tipos bancarios o la subida de precios de energía
y alimentos, hipotecas, etc., todos ellos con el fuerte apoyo mediático de los
medios de difusión ‘lacayos’ con la misión de
convencer a la población de que no había otra salida que pagar y pagar
cada vez más.
La
reciente historia, inesperada, seguro que afecta a la opinión del voto. Posiblemente
de manera positiva, para los partidos que han participado en el gobierno de
coalición. Por una parte por sus aciertos en conjunto en la mayoría de los
casos inesperados, pero obviamente no en todos los casos hubo acuerdos.
En
concreto la coalición se ha dividido entre el PSOE y generalmente el resto de
los componentes de la coalición, por lo que el apoyo o no electoral, será
contrapuesto según los casos que siguen:
a.-) El conflicto bélico de envío de armas para
sostenimiento de la guerra que ha hecho que se quede prácticamente sólo el PSOE,
por no apostar claramente por la solución de la vía diplomática y negociación
solicitada casi por la totalidad del resto de la coalición.
b.-) El pronunciamiento exclusivo del
Presidente de Gobierno respecto a la tradicional postura respecto al
Sahara, con la oposición del resto de coaligados.
c.-) El comportamiento de España con los
migrantes en el salto a la valla de Melilla, resuelto con varios muertos, y el
descontento de los partidos de la coalición con los hechos y con los argumentos
del Ministerio del Interior
d.-)
La diferencia en forma e intensidad de apuesta por lo público, o el apoyo en lo
privado. Por una parte el PSOE buscaba ‘soluciones’ o ‘retoques’ con las
empresas, mientras buena parte del resto de la coalición denunciaba a su vez la incapacidad de la empresa privada
para impulsar las ayudas y el sostenimiento económico del Estado, reclamando la
creación de empresas públicas en el ámbito bancario, en el de la energía, y
cadenas de distribución alimentaria para frenar el abuso de la subidas de
precio injustificadas.
Teniendo en cuenta que la mayoría de estos sucesos ha significado un seísmo para el mundo, cada país ha reaccionado en función de sus sistemas de gobierno, en tanto estuviesen bajo control de la propiedad privada o servicios públicos. Lo que sí se ha comprobado es que los diferentes sucesos han sido mejor resueltos y han salvado más vidas en los países más potentes y comprometidos con los Servicios Públicos, frente a los Estados que ‘confiaban’ en el capital privado, en sus empresas y sus fondos de inversión para atender dichos servicios, que mal atendían únicamente como un oportuno negocio para aumentar sus beneficios.
3.- Dos mundos enfrentados
Hay
otra vida fuera, que afectará relativamente poco al voto en las municipales,
pero sí que algo repercute en las autonómicas, por ello y pensando ya en las
Generales suponemos que de cara al exterior el voto en las comunidades no debe
perderle el ojo al mundo exterior, en
tanto estas pueden apoyar medidas tomadas por el gobierno o por el contrario
ponerle frenos y resistencia.
Hoy la
vida fuera es de una criticidad enorme por una lucha soterrada entre un
Occidente unilateral y hegemónico durante años, pero hoy esclerotizado: EE. UU.
y la OTAN con una Europa ‘pagafanta’ que a estas alturas sigue siéndolo pese
a conocer que está siendo utilizada, engañada y vencida- y otras fuerzas
igualmente hegemónicas, emergentes pero multilaterales -hartas de sometimiento
a sus normas- encabezadas por China y Rusia.
De cómo
se gestionen las relaciones con estas fuerzas así nos irá el futuro. De momento
parece que la parte del Gobierno que controla el PSOE ya ha decidido y por ello ha sido invitado a la Casa Blanca.
4.- Los límites de la socialdemocracia
Los
límites de los partidos, o el marco del cuál no salen, también son un referente
para votarlos o no. Únicamente nos referiremos, en este apartado, a los
partidos que han sido capaces de formar parte de un gobierno de coalición para
apartar a una derecha corrupta y manipuladora. Si hemos estado con ‘ojo avizor’ y
no deseamos entrar en profundidades de las ideologías, al menos sí debemos tener
en cuenta cuando los partidos se apartan o votan en contra de leyes o decretos,
del mismo modo de quiénes las presentan e igualmente para quiénes serán
beneficiosas, al tiempo que también lo sea para el conjunto del país.
En
cualquier caso no me entretendría mucho más para ver que los límites del PSOE con su oposición ante algunas medidas, como por ejemplo en la creación de empresas públicas para frenar abusos de las
privadas, incluso en competitividad ‘sana’ frente a ellas, modificar leyes ya
aprobadas, votar junto al PP, paralizar la ley mordaza, y evitar derogaciones para
‘reformar’ las del PP.
No explicaría mejor las limitaciones del PSOE que el siguiente párrafo de Michel Foucault, basado en las renuncias ideológicas del PSD (alemán), un modelo del socialismo europeo, que dado el contexto alemán del momento, Michel Foucault llegaba a entender, sino todo, parte, de cómo el partido socialdemócrata alemán da un importante paso de renuncia de sus principios socialistas, ante el liberalismo. Sea dicho que fue el último de los partidos que se adhirieron al mismo. Con el SPD metido en cintura, se podría asegurar el ‘Estado de bienestar’ sin miedo alguno -de momento-, porque ya se vería que después de esta adhesión, en la década de los 70 el neoliberalismo arrancó mucho más desmantelándolo:
“En 1959, congreso de Bad Godesberg, ‘Reunido
en congreso extraordinario del 10 al13 de noviembre de 1959 en Bad Godesberg,
el SPD adoptó por una mayoría de 324 votos
contra 16 el "programa de
principio" (Grundsintzprogramm),
que, al romper con la inspiración marxista del programa de Heidelberg
(1925), marcó un punto de inflexión decisivo en la línea partidaria) en el cual
la socialdemocracia alemana renuncia
- en primer lugar al
principio de la socialización de los medios de producción,
- en segundo lugar y de
manera correlativa reconoce que la propiedad privada de esos medios de
producción no sólo es perfectamente
legítima, sino que tiene derecho a la protección y el aliento del Estado. "La propiedad privada de los medios de
producción merece protección y estimulo, en la medida en que no obstaculice la
institución de un orden social equitativo. Las pequeñas y medianas empresas
eficaces merecen consolidarse para poder afirmarse en el plano económico frente
a las grandes empresas"
Vale decir que una de las tareas esenciales y fundamentales del Estado es, por lo tanto, proteger no sólo la propiedad privada en general, sino la propiedad privada de los medios de producción, sin garantía, agrega la moción del congreso, de su compatibilidad con "un orden social equitativo".
· Tercero y último, · el congreso de Bad Godesberg aprueba el principio de una economía de mercado en todas partes -hay aquí una nueva restricción- o, al menos, allí "donde imperen las condiciones de una verdadera competencia". "Una economía totalitaria o dictatorial destruye la libertad. Por eso el Partido Socialdemócrata alemán aprueba una economía libre de mercado en todos los lugares donde la competencia se afirme. De todas maneras, cuando los mercados están bajo la dominación de individuos o grupos, es necesario tomar múltiples medidas para preservar la libertad en el ámbito de, la economía. Competencia en toda la medida de lo posible; planificación, tanta como sea necesaria"
Enlaces:
[1] Condicionantes en las EEGG del 28 de Abril (I)
[2] Condicionantes en las EEGG del 28 de Abril (II)
[3] Historia de una involución: de la política estructural al moralismo histérico