Sabemos que estamos en
un mundo en el que los seres humanos hemos podido realizar el sueño de ser
capaces de producir todo lo que necesitamos, de procurarnos la satisfacción de todos
los derechos individuales y colectivos que hemos proclamado en declaraciones
universales y que incluso tenemos la capacidad de producir muchas cosas que no
necesitamos pero que sin embargo se producen. Son unas certezas que tenemos.
Sin embargo tenemos
algunos problemas graves sin resolver; repartir para que lo necesario llegue a
todos, por una parte y conservar la tierra de forma que nos sirva para que
vivamos nosotros y los que vengan detrás.
Quiero fijarme hoy
especialmente en algunas necesidades comunes a todas las personas pero que, sin
embargo, una de cada cuatro no las alcanzan y otros muchos vivimos prácticamente para satisfacerlas, para seguir
viviendo.
Estamos en condiciones de que todos y cada uno accedamos a una
alimentación sana y suficiente, que cuidemos nuestra salud de la manera en que
somos capaces de hacerlo, que todo el mundo pueda disponer de una residencia
confortable en un entorno saludable y acogedor y también estamos en condiciones
de que nuestros deseos de saber, de investigar, de disfrutar conociendo puedan
ser satisfechos relacionándonos de forma respetuosa, eficiente y cooperativa.
El acceso de todos y
de cada uno a la salud, a la educación, a la vivienda y a los alimentos es posible.
Es posible que nadie malviva. Es posible acabar con el sufrimiento de estar
toda una vida pendiente de cómo sobrevivir y poder vivir
Podemos hacer que
estos derechos ya sean exigibles ante la justicia frente al estado y sus
instituciones si a cualquiera de nosotros se le niega el acceso.
Hoy podemos producir
los alimentos que queramos, sin embargo tenemos como problema qué hacer con los
alimentos que podemos producir, nos sobran tierras que cultivar y hay suficientes
personas capaces de hacerlo y, sin embargo, con demasiada frecuencia, limitamos
la producción e incluso tiramos parte de lo que producimos para “mantener los
precios". Podríamos alimentarnos bien todos aquí y ahora, desde ya.
Dicen que en España
ya había en 2014 veinticinco millones y medio de viviendas de las que 19.200.000
aproximadamente están destinadas a vivir habitualmente y, por tanto cerca de
seis millones y medio son viviendas destinadas a otros fines distintos del de
vivir cotidianamente. En 13 años hemos construido una cuarta parte del total
cerca de 5.000.000 de viviendas. Hemos demostrado que podemos hacer viviendas
para todos y podríamos hacerlas hasta mas bonitas y solidas y mejor organizadas
a poco que nos empeñemos. Podríamos, pues, conseguir ya que cada uno de
nosotros tuviera acceso a un lugar donde
vivir.
Por otra parte
sabemos que tenemos capacidad suficiente para cuidar de nuestra salud de forma
comparable con los mejores del mundo. Tenemos conocimientos, técnicos y capacidad
para formar a los que hagan falta y de dotarnos de infraestructuras eficientes
para que cada uno de nosotros pueda cuidar su salud.
También podemos mantener
un sistema educativo desde los cero años hasta que no tengamos mas ganas o mas
capacidad de aprender. Ni técnicas ni técnicos nos faltarían para que hubiera
una persona educadora por cada 15 o 20 alumnos durante la etapa obligatoria y
otra por cada 7 niños de 0 a 3 años y una persona educadora para cada 10
alumnos de entre 3 y 6 años.
Las cuentas no es lo
que toca ahora decir aunque estén hechas: con un 5% del PIB habría para este
objetivo educativo y con llegar a la media del porcentaje sobre el PIB en gastos
de sanidad que los países de nuestro entorno tienen, incluso algo por abajo,
podríamos. Nos falta poco.
Pero no quería hoy
hacer números porque lo que me toca decir es que estamos en condiciones aquí y
ahora de que vivienda, salud, educación y alimentos pasen a ser derechos
exigibles desde ya, derechos sustantivos y superemos el estadio de derechos simplemente declarados en la Constitución, en
la Declaración Universal de la ONU o en muchos tratados internacionales que hemos firmado.
Aquí y ahora no es
discutible, no es negociable que sean derechos exigibles por cada persona o
cada grupo de personas ante la justicia frente a cualquier gobierno.
Las distintas
opciones electorales nos tienen que explicar cómo lo harán realidad como mejor les parezca y nosotros veremos si
nos lo creemos o no aunque, en cualquier caso le vamos a exigir su
cumplimiento. Puede ser mediante la técnica del reparto personalizado, por la
universalización de la forma especifica de cada uno de estos derechos, mediante
la asignación de una renta básica incondicional y universal, modulada o no por
la edad del destinatario, puede ser como cada opción electoral crea conveniente
pero no es opcional que sean exigibles aquí y ahora. …pienso que es posible
objetiva y subjetivamente. Yo creo
que nos creemos que puede ser y nos gusta que sea.
Estoy convencido de
que todos nos sentiríamos bien de vivir en un país en el que cada uno tienen
acceso a la satisfacción de las necesidades mas básicas y que esa alegría -orgullo
le llaman algunos- nos haría ser mas creativos,
mas productivos, más… Mejores y tendríamos más PIB, menos paro, más de todo eso
que tanto valoran los que lo tienen casi todo y más libertad, más alegría y más
ganas de vivir que es lo que nos importa a la mayoría.
Enrique Cobo