Andalucía
se convierte en el referente de la crisis política que azota al conjunto del
Estado, abriendo cauces a un reforzamiento de los poderes y partidos que
impondrán más recortes a los derechos Democráticos.
Manuel
Armenta
20
de Diciembre 2018
Las elecciones en Andalucía han recrudecido
la crisis política no solo en la Comunidad Autónoma sino en el Estado y en
Europa, rediseñando el sistema confluyente de fuerzas políticas que pugnarán
por los poderes políticos gobernantes a todos los niveles.
En Andalucía se abre la puerta al gobierno tripartito involucionista en cualquiera
de sus formas, a pesar de tratarse de la Comunidad Autónoma que más sufre los
recortes de políticas neoliberales impuestas desde el Estado y soportadas con
cierta complacencia y falta de suficiente confrontación de su perpetuo gobierno
socialista con el PP.
En Andalucía ha tomado cuerpo y forma el
partido de ultraderecha (11% de los
votos y 12 parlamentarios), que abre la puerta a que España se convierta en un
país más de la CEE en la que estas corrientes políticas confluyen y gobiernan
con las derechas y poderes fácticos para avanzar en los recortes no sólo
económicos, sino políticos hacia un nuevo modelo de “Democracia” con menos Democracia y menos Libertad. Tendencia
ésta, que no sólo es europea sino
internacional bajo el liderazgo de los EE.UU.
En Andalucía la sociedad ha ejercido su
derecho electoral, votando o absteniéndose, demostrando un cierto hartazgo y
desinterés “relativo” por la vida política que han proyectado y proyectan
quienes les “representan” en el gobierno y en el Parlamento. La participación
ha descendido con respecto a 2015 en 336.442 personas, y ha configurado el
nuevo sistema de fuerzas que confrontarán
caracterizadas como de “derecha – izquierda” fruto de la quiebra del
bipartidismo que gobernó 40 años.
Y desde esta perspectiva, los votos y los
representantes electos agrupados en una u otra dirección, han abierto la puerta
a la implantación de un nuevo sistema de
poder en Andalucía de la derecha-ultraderecha PP-C´s-Vox, enviando a la oposición al PSOE-A que la gobernó 36
años continuados y que el 2-D a pesar de haber sido la fuerza más votada,
descendió en 400.000 votos y 280.000 el resto de las izquierdas, respecto del
2015.
La crisis económica cada vez con más
indicadores de “recuperación” para los poderes financieros y económicos que la
provocaron, siempre es analizada al margen de recortes a las clases
trabajadoras, al margen de la precariedad y desigualdad en el empleo y en el
paro, y al margen del conjunto de consecuencias sociales y políticas que se le
han impuesto a las mayorías
sociales, con la idea y pretensión de ser institucionalizada
sin retorno de presente ni de futuro.
A nivel del Estado esta tendencia sufrió un
fuerte revés con la Moción de Censura que sacó del gobierno al PP, elevando el
tono de confrontación con el PSOE
que la lideró y las izquierdas y nacionalismos que la apoyaron incondicionalmente.
Confrontación y confluencia que desde el 15M ya tenía expresión y protagonismo
vivo en las calles. Y en Andalucía, aunque se mantenía vivo el sistema
colaborativo PSOE-A/C´s, también ha saltado por los aires “inesperadamente” por
la voluntad mayoritaria popular en las elecciones, fortaleciendo las tendencias
políticas más ultraconservadoras.
Es siniestro el resultado, pero así ha
ocurrido para desgracia de esas mismas mayorías sociales que lo sufrirán con
creces, aunque políticamente se tiene que relativizar su responsabilidad, que
corresponde básicamente a los partidos políticos PSOE-A, IU y Podemos (con
representación) y a otras fuerzas progresistas y de izquierda (sin
representación), que han centrado sus esfuerzos y trayectoria en confrontar
entre ellas por “su” Andalucía y por su ideología de poder excluyente.
Andalucía como la que Más, iniciará un nuevo
ciclo histórico-político de gobierno en las Instituciones con el protagonismo ultraconservador tripartito: PP-C´s-Vox (con independencia de las formas de gobierno
que adopten). La oposición institucional PSOE-A, IU y Podemos, también iniciará
un nuevo ciclo político que esperemos sea confluyente en lo “institucional y en la calle” para
hacer posible que la lucha política y social tome una única dirección de Cambio
y Confluencia que priorice el interés general.
Andalucía como la que Más, va a necesitar
recuperar principios y valores Democráticos sustraídos y nuevos que le permita avanzar en el Bien Común, en la
Igualdad, en las Condiciones de vida dignas y en los Derechos Políticos,
Sociales y Laborales. Y ahora solo va a ser posible reforzando el protagonismo
de lucha de la ciudadanía progresista en la calle y en los trabajos para
alcanzarlos, y para que se eviten
nuevos empoderamientos Institucionales de la derecha ultraconservadora
(PP-C´s-Vox) en las próximas elecciones Municipales, de Comunidades y del
Estado, que están a la vuelta de la esquina.
Las clases trabajadoras necesitarán la refundación de un nuevo modelo de
sindicalismo más reivindicativo e inclusivo con el mundo del trabajo, y
cediendo representación formal a personas de elección directa en empresas,
sectores, territorios e Instituciones mediante procesos asamblearios y
estructuras de coordinación confluyentes.
El mundo de la cultura y la intelectualidad
progresista, tiene que resucitar
como ente organizado y confluyente de la lucha por la Libertad y la Democracia
que siempre fue su expresión profesional y social, en la historia de España y
en las sociedades de progreso.
Los movimientos y organizaciones sociales que
no han parado de mostrar su repulsa y movilización contra los recortes, la
discriminación y desigualdad de género y étnica, el paro y la precariedad
laboral, los sistemas públicos de: pensiones, educación, sanidad, vivienda,
prestaciones sociales, la I+D+I…… y un largo etc., deberán retomar con fuerza el protagonismo de lucha reivindicativa con
signos más fuertes y potentes de “unidad de acción y organización sostenible”,
y exigir a la oposición parlamentaria
progresista, que subordinen sus acciones Institucionales a la voluntad popular.
Y
Andalucía como la que Más, tiene que asumir en los próximos procesos
electorales que la “representación en las Instituciones” tiene que ser
expresión de confluencia de las militancias de partido con los liderazgos de las
organizaciones y movimientos que luchan en las calles y centros de trabajo. Más
Democracia con Más representación inclusiva de la sociedad civil en las
Instituciones de gobierno.
Andalucía necesita YA, un socialismo que
abandone las políticas y alianzas de acción y gobierno con los partidos ultraconservadores y siga la senda de
su Partido en el Estado; necesita YA, que la izquierda histórica, la nueva y
otras organizaciones progresistas que buscan protagonismo institucional prioricen los objetivos políticos del
corto plazo y las confluencias desde la pluralidad, para UNIR y NO para
confrontar, porque esta será la única
forma de atender las necesidades más imperiosas de las mayorías sociales.